sábado, 7 de septiembre de 2013

AMIGOS HASTA LA ETERNIDAD

Aquella mañana sus ojos se abrieron mucho antes que sonara el despertador. Aun no se ponía el claro del día y salió de su habitación con la emoción que causa las sorpresas. Con mucho cuidado bajo hasta la sala, tratando de no despertar a sus padres. Al pie del ventanal descubrió enternecida a un hermoso cachorro – labrador-  dormido profundamente, en su collar una tarjeta y en ella una inscripción: - hace 17 años llegaste a alegrar nuestras vidas. Feliz cumpleaños Valeria, atte. Tus padres-

Valeria tenía una peculiar afinidad con los animales. Cuando salía del colegio pasaba por un refugio de mascotas donde ella los alimentaba y daba cariño. Su emoción fue mayor cuando supo que su cachorro provenía del mismo albergue. Sentada, viendo aquel noble animal, su mente divagaba tratando de encontrar un nombre acorde para su fiel compañero, en ese instante se escuchó una voz que dijo: - Espartaco, si estás pensando en un nombre ponle Espartaco- era su padre que la estaba observando desde hace algún rato. La joven altruista se abalanzo a él con un fuerte abrazo agradecida por la sorpresa – ¿porque Espartaco?- pregunto Valeria. – el perrito fue hallado en un botadero de basura a punto de morir sin alimentos, aun asi; lucho por aferrarse a la vida y hoy está aquí contigo. Espartaco fue un antiguo luchador romano que peleo por su vida y la de los suyos- respondió el padre. Desde ese día Valeria y su fiel amigo  se unieron en una  amistad de aquellas que no necesitaban palabras para expresarse lo mucho que se querían.

Los años hicieron que aquel tierno cachorro se convierta en un perro adulto y fuerte  digno de su nombre. Todos los días acompañaba a Valeria hasta la universidad, y  Solo cuando “Espartaco” veía que su amiga ingresaba, solo entonces; el retornaba a la casa. Conocía muy bien el camino. Un día se   acercó a ellos un auto, eran amigos  de la chica  que insistieron en llevarla a dar una vuelta antes de ir a clases, ella accedió, sin embargo; “Espartaco” irrumpió con ensordecedores ladridos hacia los jóvenes – tranquilo no va a pasar nada, regresa a casa- dijo la chica acariciando el  rostro del perro. Ella subió al auto y el -can- corrió detrás del vehículo ladra dando desesperadamente. Valeria sintió la angustia de su mascota y pidió detener el carro bajándose inmediatamente. Cuando llego a la facultad se enteró que un grupo de jóvenes habían sufrido un accidente de tránsito minutos antes  y uno de ellos había muerto. 

Esa noche Valeria no regreso a la hora normal a casa, lo que alarmo a sus familiares e inquieto al perro. Fue un agudo sonido diciendo – ¡¡ auxilio¡¡- que hizo salir a “Espartaco” a precipitada carrera a la calle, corrió sin descanso guiándose por el grito desesperado de su amiga. Al llegar; vio como un grupo de asaltantes que ultrajaba a Valeria; el perro se abalanzó a ellos alejándolos del lugar – ¡déjalos Espartaco déjalos¡- grito Valeria mientras el perro se adentró a un oscuro parque lleno de maleza detrás de los delincuentes. Por un instante todo fue silencio, al final; un disparo se oyó retumbar. De entre la oscuridad salió caminando  lentamente el perro. Su fuerza solo alcanzo hasta llegar a los brazos de su amiga donde se desplomo y murió desangrado de un tiro en el estómago. Valeria lloro la perdida de una verdadera  amistad. Ahora cada vez que se siente en peligro ve el  espíritu de su fiel compañero que guía su camino.

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